El 19 de marzo la Iglesia celebra la solemnidad de San José, el siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su familia, pero ¿realmente conocemos a San José?
Es interesante destacar que sabemos poco de San José, ya que sólo es mencionado en dos de los cuatro evangelios: el Evangelio de San Mateo y el Evangelio de San Lucas y en ninguno de ellos se recoge ni una sola palabra que pueda atribuírsele, aunque en los cuatro Evangelios Jesús es llamado “hijo de José”; pero hay un profundo significado teológico en este silencio, ya que en el Antiguo Testamento el silencio de Dios representa su misericordia, cuando espera y no actúa en contra de un pueblo rebelde gracias a su paciencia y amor (Is 42,14), es decir, el silencio de Dios nos abre a su presencia misericordiosa y San José, en su silencio, nos demuestra como él se permite llenar de la presencia de Dios, al ser escogido como guardián de la Sagrada Familia, permitiéndose contemplar el misterio de Dios, donde el silencio no es un vacío sino «la plenitud de fe que lleva en su corazón y que guía todos sus pensamientos y actos», como nos enseña el Papa Juan Pablo II en su meditación apostólica Redemptoris Custos (Custodio del Redentor).
En el Evangelio de San Mateo es descrito como un hombre “justo” (Mt 1,19) que podemos entender como un hombre sujeto a la ley, pero él lleva la justicia del tiempo de los israelitas del siglo I a una bella forma de ver la ley, es decir, sería “justicia” denunciar a María y permitir que la lapidaran, pero como hombre bueno y justo decide observar la ley sin dañar a María por su amor y confianza hacia ella, es decir, decide repudiarla en secreto, sin someterla a la humillación y el escarmiento públicos. El evangelio de San Mateo nos revela que después de esto el Señor le revela el increíble acontecimiento de la Anunciación a través de un sueño, mostrándole una forma perfecta de la justicia que ya habitaba en el corazón de San José.
El Papa Francisco nos enseña, en una bella carta apostólica, Patris Corde (Con corazón de Padre) la importancia de San José, esposo de la Virgen María y padre de Jesús, resaltando su papel en la historia de salvación y siendo el modelo ideal de padre del pueblo cristiano, reflejando en su paternidad la figura del Padre prefecto: el Padre Celestial. El Papa Francisco resalta las principales características de San José como padre amado, padre en la ternura, padre en la obediencia, padre en la acogida, padre en la valentía creativa, padre trabajador y padre en la sombra. Nos deja con la profunda reflexión de que, en el silencio de un padre amoroso y confiado en Dios, se obran las maravillas de Dios, por ello, como nos invita el Papa Francisco, imploremos a nuestro Padre y custodio de la Iglesia, la gracia de las gracias: nuestra conversión.
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
Fuentes:
Juan Pablo II. Redemptoris Custos. Exhortación apostólica sobre la figura y la misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia. Sitio web del Vaticano. 19 de marzo de 2024. https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_15081989_redemptoris-custos.html
Francisco. Patris Corde. Carta apostólica con motivo del 150º aniversario de la declaración de San José como patrono de la Iglesia Universal. Sitio web del Vaticano. 19 de marzo de 2024. https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_letters/documents/papa-francesco-lettera-ap_20201208_patris-corde.html
Mother Mary Images. (2024b, March 1). Pinterest. https://www.pinterest.com.mx/pin/296956169196877611/